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segunda-feira, 19 de dezembro de 2011
domingo, 23 de outubro de 2011
Un Poema es una Ciudad
Un Poema es una Ciudad
un poema es una ciudad llena de calles y cloacas,
llena de santos, héroes, pordioseros, locos,
llena de banalidad y embriaguez,
llena de lluvia y truenos y períodos
de ahogo, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad preguntando por qué a un reloj,
un poema es una ciudad ardiendo,
un poema es una ciudad bajo las armas
sus barberías llenas de borrachos cínicos,
un poema es una ciudad donde Dios cabalga desnudo
por las calles como Lady Godiva,
donde los perros ladran en la noche y persiguen
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
muchos de ellos muy similares
y envidiosos y amargados...
un poema es esta ciudad ahora,
a 50 millas de ninguna parte
a las 9:09 de la mañana,
el sabor a licor y cigarrillos,
sin policía, sin amantes, caminando en las calles,
este poema, esta ciudad, cerrando sus puertas,
fortificada, casi vacía,
enlutada sin lágrimas, envejecida sin pena,
las montañas rocosas,
el océano como una llama de lavanda,
una luna carente de grandeza,
una leve música de ventanas rotas...
un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo...
y ahora pongo esto bajo el cristal
para el loco escrutinio del editor
y la noche está en cualquier lado
y lánguidas damas grises se alinean
el perro sigue al perro al estuario
las trompetas anuncian los patíbulos
mientras los hombrecillos deliran sobre cosas
que no pueden hacer.
llena de santos, héroes, pordioseros, locos,
llena de banalidad y embriaguez,
llena de lluvia y truenos y períodos
de ahogo, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad preguntando por qué a un reloj,
un poema es una ciudad ardiendo,
un poema es una ciudad bajo las armas
sus barberías llenas de borrachos cínicos,
un poema es una ciudad donde Dios cabalga desnudo
por las calles como Lady Godiva,
donde los perros ladran en la noche y persiguen
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
muchos de ellos muy similares
y envidiosos y amargados...
un poema es esta ciudad ahora,
a 50 millas de ninguna parte
a las 9:09 de la mañana,
el sabor a licor y cigarrillos,
sin policía, sin amantes, caminando en las calles,
este poema, esta ciudad, cerrando sus puertas,
fortificada, casi vacía,
enlutada sin lágrimas, envejecida sin pena,
las montañas rocosas,
el océano como una llama de lavanda,
una luna carente de grandeza,
una leve música de ventanas rotas...
un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo...
y ahora pongo esto bajo el cristal
para el loco escrutinio del editor
y la noche está en cualquier lado
y lánguidas damas grises se alinean
el perro sigue al perro al estuario
las trompetas anuncian los patíbulos
mientras los hombrecillos deliran sobre cosas
que no pueden hacer.
Charles Bukowski
[De "The days run away like wild horses over the hills", Black Sparrow Press, 1969]
[De "The days run away like wild horses over the hills", Black Sparrow Press, 1969]
sexta-feira, 21 de outubro de 2011
EL BARCO
EL BARCO
Pero si ya pagamos nuestros pasajes en este mundo
¿por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
Queremos mirar las nubes,
queremos tomar el sol y oler la sal,
francamente no se trata de molestar a nadie,
es tan sencillo, somos pasajeros.
Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:
pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.
¿Entonces, qué les pasa?
¿Por qué andan tan furiosos?
¿A quién andan buscando con revólver?
Nosotros no sabíamos
que todo lo tenían ocupado,
las copas, los asientos,
las camas, los espejos,
el mar, el vino, el cielo.
Ahora resulta
que no tenemos mesa.
No puede ser, pensamos.
No pueden convencernos.
Estaba oscuro cuando llegamos al barco.
Estábamos desnudos.
Todos llegábamos del mismo sitio.
Todos veníamos de mujer y hombre.
Todos tuvimos hambre y pronto dientes.
A todos nos crecieron las manos y los ojos
para trabajar y desear lo que existe.
Y ahora nos salen con que no podemos,
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.
¿Por qué tantas ventajas para ustedes?
¿Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?
Aquí no están contentos,
así no andan las cosas.
No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.
No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos ¿cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?
Sin mesa ¿dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste, decídanse señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.
Después el mar es duro.
Y llueve sangre.
Pablo Neruda
terça-feira, 18 de outubro de 2011
Cada ciudad puede ser otra
Cada ciudad puede ser otra
Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.Jaime Sabines
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amo
Mario Benedetti
son los que cambian, los que olvidan.Jaime Sabines
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amo
Mario Benedetti
domingo, 10 de julho de 2011
Es tu espejo el lucero
Es tu espejo el lucero
Es tu espejo el lucero,
que en mi boca, savia destilas
ciñes mi cuerpo entero,
lo ciegan, tus pupilas.
Eres mi bello espejuelo,
vidriera de rojo,nácar y lilas,
sin ti padezco delirios,
sin ti no concibo la vida,
sufro,y padezco desvelos.
Es tu cristal el lucero,
el que alumbra ,mis colinas,
pestañean mis pupilas al veros,
hechizadas titilan.
Son tus rayos tan placenteros,
serenos, que en la noche me cuidan,
y avivan, nuestros vuelos.
Carmen Silza.
Carmen Silza.
quarta-feira, 29 de junho de 2011
sexta-feira, 17 de junho de 2011
UNA PARTE CONSCIENTE DEL CREPUSCULO IV ,V,VI,VII,VII,IX y X
— Anda por tu camino, caminante,
— dijo a mi juventud el horizonte —:
atraviesa los llanos, sube al monte,
que tienes larga vida por delante.
Anduve desde entonces anhelante
sin pensar en la barca de Caronte.
A cada rama demandé un sinsonte,
a cada roca reclamé un diamante.
Agoté con mi sed más de una fuente.
Seguí mordido por la sed ardiente.
Ahora tengo la muerte por delante,
se aproxima la barca de Caronte,
y me dice la voz del horizonte:
— Anda por tu camino, caminante.
v
Me queda por decir no sé qué cosa
que me parece inusitada y bella.
He gastado palabras como estrella,
rocío, rosicler, sonrisa, rosa ...
Y en lo pobre del verso y de la prosa
no he logrado apresar el alma de ella.
La he visto: fugitiva mariposa
O pájaros con alas de centella.
Cuando callo, la escucho y la medito,
pero se pierde en el poema escrito.
Me queda poco tiempo de palabra.
Me desespera la que nunca encuentro.
¿Y he de morir sin que mi mano abra
puertas al ave que me canta dentro?
VI
Los anónimos huesos que el arado
indiferentemente desentierra
aparecen fundidos con la tierra,
el paso y las excretas del ganado.
El tiempo su amarillo y verde ha dado
a la blancura que el secreto encierra.
¡Qué paz más honda en lo que fuese guerra,
En lo que fuera incendio enamorado!
Digo al despojo: ¿Dónde están los besos
que llegan en la vida hasta los huesos?
¿Cual era tu figura? ¿Cual tu arte?
Y él me responde en su silencio duro:
— De mi pasado, nada puedo hablarte;
Mírame, y hablaré de tu futuro.
VII
Canta la lluvia una profunda nana,
expresión de un telúrico cariño.
No cabe duda de que el viejo es niño
y el agua es madre de la vida humana.
Siento que toma mi cabeza cana
para dormirla sobre su corpiño.
De todo aquello con que sufro y riño
me aísla, mientras besa mi ventana.
Cuando escucho llover, me quedo inerme.
La lluvia tiene el don de adormecerme
y dedos finos con que me acaricia
como si salpicara en el desierto.
Si se me prolongara esta delicia
me dormiría y soñaría muerto.
VIII ( ... )
IX
No me asusta morir. .. Sólo lamento
no tener ojos para ver las cosas
que se transformarán: zarzas en rosas,
lobos en hombres, polvo en monumento.
No me asusta morir. .. Sólo lamento
ser sordo como el frío de las losas
cuando vengan las músicas gloriosas,
cuando una larga risa sea el viento.
Sólo lamento no tener mi tacto
cuando sea concreto el mundo abstracto
que en crisoles de sueño se moldea.
No me asusta morir. .. Sólo lamento
quedarme quieto cuando todo sea
la perfecta expresión del movimiento.
x
Vendrá mi muerte ciega para el llanto,
me llevará, y el mundo en que he vivido
se olvidará de mí, pero no tanto
como yo mismo, que seré el olvido.
Olvidaré a mis muertos y mi canto.
Olvidaré tu amor siempre encendido.
Olvidaré a mis hijos, y et encanto
de nuestra casa con calor de nido.
Olvidaré al amigo que más quiero.
Olvidaré a los héroes que venero.
Olvidaré las palmas que despiden
al sol. Olvidaré toda la historia.
No me duelen morir y que me olviden,
sino morir y no tener memoria.
terça-feira, 7 de junho de 2011
UNA PARTE CONSCIENTE DEL CREPUSCULO lll
III
Estoy, con el paisaje cara a cara,
contemplando la tarde que agoniza.
Hay una estrella que espiritualiza
al horizonte, como si pensara.
Reina una sombra todavía clara.
El día es una terquedad rojiza.
¡Qué lenta rapidez en la plomiza
hora que de la noche me separa!
Todo se queda en un recogimiento:
los cálices, los pájaros, el viento,
la luz que sosegada se retira,
la yerba leve y el palmar mayúsculo,
y yo — la tarde que a la tarde mira —
soy la parte consciente del crepúsculo.
terça-feira, 24 de maio de 2011
UNA PARTE CONSCIENTE DEL CREPUSCULO II
Yo no sé qué especial malabarismo
para cambiar el rostro hay en mi espejo;
sólo unos días de mirarme dejo,
vuelvo a mirarme ... y ya no soy el mismo.
¿Dónde está mi otra cara? ¿De qué abismo
me vienen esta mueca, este entrecejo,
estos ojos marchitos ... ? Soy reflejo
de no sé qué silente cataclismo.
¿Y este algodón añoso, esta blancura
de nube de la tarde en la negrura
de mi antigua cabeza? Es, simplemente,
el final de una ola que tropieza
y se rompe en la playa de la frente,
dejándonos espuma en la cabeza.
segunda-feira, 23 de maio de 2011
UNA PARTE CONSCIENTE DEL CREPUSCULO
UNA PARTE CONSCIENTE DEL CREPUSCULO
EI tiempo cae sobre nosotros, pero
no se siente caer mientras la vida
va ruidosa, embriagada, enloquecida,
como el andante que no ve el sendero.
EI tiempo cae sobre nosotros, pero
mientras hay una meta prometida
no se siente el gotear de su caída
ni consulta relojes el viajero.
Arrobados de sueños y paisaje
creemos infinito nuestro viaje,
pero ¡ay! El viaje es demasiado breve.
En vísperas del fin) viene la calma
y se siente caer — cernida nieve —
el tiempo gota a gota sobre el alma.
JESUS ORTA RUIZ
domingo, 15 de maio de 2011
Un die, un die, un die… !
Cumo falar de l bien-te-bi ?
Esse paixarico nunca l bi !
Será parecido cul sabiá,
un que nun beio yá quantá ?
Será, será, será…
parecido cul sabiá ?
You bien querie, querie
ber-te un die, bien-te-bi
nó eiqui, mas alhá
ne l paíç d’Iemanjá.
Un die, un die, un die… !
Será, será, será… ?
quarta-feira, 27 de abril de 2011
quinta-feira, 24 de fevereiro de 2011
UNA VEZ
Soy mi padre y mi madre
soy mis hijos
y soy el mundo
soy la vida
y no soy nada
nadie
un pedazo animado
una visita
que no estuvo
que no estará después.
Estoy estando ahora
casi no sé más nada
como una vez estaban
otras cosas que fueron
como un cielo lejano
un mes
una semana
un día de verano
que otros días del mundo
disiparon.
soy mis hijos
y soy el mundo
soy la vida
y no soy nada
nadie
un pedazo animado
una visita
que no estuvo
que no estará después.
Estoy estando ahora
casi no sé más nada
como una vez estaban
otras cosas que fueron
como un cielo lejano
un mes
una semana
un día de verano
que otros días del mundo
disiparon.
Idea Vilariño
terça-feira, 22 de fevereiro de 2011
HUMILDAD
HUMILDAD
Ten un poco de amor para las cosas:
para el musgo que calma tu fatiga,
para Ia fuente que tu sed mitiga,
para las piedras y para las rosas.
En todo encontrarás una belleza
virginal y un placer desconocido...
Rima tu corazón con el latido
del corazón de la Naturaleza.
Recibe como un santo sacramento
el perfume y la luz que te da el viento...
¡Quién sabe si su amor en él te envía
aquella que la vida ha transformado!
¡Y sé humilde, y recuerda que algún día
te ha de cubrir la tierra que has pisado!
para el musgo que calma tu fatiga,
para Ia fuente que tu sed mitiga,
para las piedras y para las rosas.
En todo encontrarás una belleza
virginal y un placer desconocido...
Rima tu corazón con el latido
del corazón de la Naturaleza.
Recibe como un santo sacramento
el perfume y la luz que te da el viento...
¡Quién sabe si su amor en él te envía
aquella que la vida ha transformado!
¡Y sé humilde, y recuerda que algún día
te ha de cubrir la tierra que has pisado!
Francisco Villaespesa
segunda-feira, 3 de janeiro de 2011
El Sediento
Por buscarme, Poesía, en ti me busqué:
deshecha estrella de agua,
se anegó en mi ser.
Por buscarte, Poesía,
en mí naufragué.
Después sólo te buscaba
por huir de mí:
¡espesura de reflejos
en que me perdí!
Mas luego de tanta vuelta
otra vez me vi:
el mismo rostro anegado
en la misma desnudez;
las mismas aguas de espejo
en las que no he de beber;
y en el borde del espejo,
el mismo muerto de sed.
deshecha estrella de agua,
se anegó en mi ser.
Por buscarte, Poesía,
en mí naufragué.
Después sólo te buscaba
por huir de mí:
¡espesura de reflejos
en que me perdí!
Mas luego de tanta vuelta
otra vez me vi:
el mismo rostro anegado
en la misma desnudez;
las mismas aguas de espejo
en las que no he de beber;
y en el borde del espejo,
el mismo muerto de sed.
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