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sexta-feira, 17 de junho de 2011

UNA PARTE CONSCIENTE DEL CREPUSCULO IV ,V,VI,VII,VII,IX y X






— Anda por tu camino, caminante,
— dijo a mi juventud el horizonte —:
atraviesa los llanos, sube al monte,
que tienes larga vida por delante.

Anduve desde entonces anhelante
sin pensar en la barca de Caronte.
A cada rama demandé un sinsonte,
a cada roca reclamé un diamante.

Agoté con mi sed más de una fuente.
Seguí mordido por la sed ardiente.
Ahora tengo la muerte por delante,

se aproxima la barca de Caronte,
y me dice la voz del horizonte:
— Anda por tu camino, caminante.

v

Me queda por decir no sé qué cosa
que me parece inusitada y bella.
He gastado palabras como estrella,
rocío, rosicler, sonrisa, rosa ...

Y en lo pobre del verso y de la prosa
no he logrado apresar el alma de ella.
La he visto: fugitiva mariposa
O pájaros con alas de centella.

Cuando callo, la escucho y la medito,
pero se pierde en el poema escrito.
Me queda poco tiempo de palabra.

Me desespera la que nunca encuentro.
¿Y he de morir sin que mi mano abra
puertas al ave que me canta dentro?


VI

Los anónimos huesos que el arado
indiferentemente desentierra
aparecen fundidos con la tierra,
el paso y las excretas del ganado.

El tiempo su amarillo y verde ha dado
a la blancura que el secreto encierra.
¡Qué paz más honda en lo que fuese guerra,
En lo que fuera incendio enamorado!

Digo al despojo: ¿Dónde están los besos
que llegan en la vida hasta los huesos?
¿Cual era tu figura? ¿Cual tu arte?

Y él me responde en su silencio duro:
— De mi pasado, nada puedo hablarte;
Mírame, y hablaré de tu futuro.


VII

Canta la lluvia una profunda nana,
expresión de un telúrico cariño.
No cabe duda de que el viejo es niño
y el agua es madre de la vida humana.

Siento que toma mi cabeza cana
para dormirla sobre su corpiño.
De todo aquello con que sufro y riño
me aísla, mientras besa mi ventana.

Cuando escucho llover, me quedo inerme.
La lluvia tiene el don de adormecerme
y dedos finos con que me acaricia

como si salpicara en el desierto.
Si se me prolongara esta delicia
me dormiría y soñaría muerto.


VIII ( ... )

IX

No me asusta morir. .. Sólo lamento
no tener ojos para ver las cosas
que se transformarán: zarzas en rosas,
lobos en hombres, polvo en monumento.

No me asusta morir. .. Sólo lamento
ser sordo como el frío de las losas
cuando vengan las músicas gloriosas,
cuando una larga risa sea el viento.

Sólo lamento no tener mi tacto
cuando sea concreto el mundo abstracto
que en crisoles de sueño se moldea.

No me asusta morir. .. Sólo lamento
quedarme quieto cuando todo sea
la perfecta expresión del movimiento.

 
x

Vendrá mi muerte ciega para el llanto,
me llevará, y el mundo en que he vivido
se olvidará de mí, pero no tanto
como yo mismo, que seré el olvido.

Olvidaré a mis muertos y mi canto.
Olvidaré tu amor siempre encendido.
Olvidaré a mis hijos, y et encanto
de nuestra casa con calor de nido.

Olvidaré al amigo que más quiero.
Olvidaré a los héroes que venero.

Olvidaré las palmas que despiden
al sol. Olvidaré toda la historia.

No me duelen morir y que me olviden,
sino morir y no tener memoria.



Um comentário:

  1. Hola espejo,en Rodar y volar tienes dos poemas,para colgar en Me miro al espejo,espero que te gusten,y espero no haberte defraudado...Gracias por este detalle,es un placer...BESOS

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